¿Eres pronador o supinador?

¿Te has dado cuenta de que la suela de tus zapatos se desgasta siempre por el mismo lado o del mismo modo? Esto se debe a la manera en la que pisas.

En primer lugar, ¿qué es ser pronador o supinador?

Ser pronador o supinador se refiere al ángulo de nuestro tobillo y a las partes del pie con las que ejercemos más presión cuando caminamos o corremos. Esto no es una patología, es una característica natural dada por la biomecánica de nuestro cuerpo. Es inútil intentar cambiar la supinación o la pronación, como se podría hacer, por ejemplo, con una mala postura de la espalda. Es una característica natural.

Sin embargo, está bien saber que tipo de pisadores somos, porque influirá en cierta manera en el tipo de zapatos que tenemos que usar.

Si eres supinador, tu tobillo tiene un ángulo cerrado hacia adentro. Mientras que, si eres pronador, tu tobillo tiene un ángulo cerrado por fuera.

La supinación y la pronación son bastante difíciles de identificar a simple vista o mediante el tacto. Excepto en algunos casos extremos, de los que hablaremos más adelante. Sin embargo, existe una técnica muy sencilla para saber si eres pronador o supinador.

1. Mira las suelas de tus zapatos e identifica las áreas donde el desgaste es más pronunciado.
2. Si la parte exterior de la suela está más gastada, entonces eres un supinador, como alrededor del 10% de la población.
3. Si es la parte interna de la suela la que está más desgastada, entonces eres pronador, como el 45% de la población.
4. Finalmente, cuando la parte media de la suela tiene más desgaste, tiene un paso llamado neutral o universal. Al igual que el pronador, representa el 45% de la población.

La zancada neutral o universal es la zancada más saludable para el cuerpo porque la presión se distribuye uniformemente por todo el pie.

¿Cuándo se puede convertir en un problema?

Ser pronador o supinador es completamente normal y no es necesaria ninguna corrección. Sin embargo, en caso de sobrepronación o supinación excesiva, que son exageraciones de estos dos pasos, existe el riesgo de lesiones importantes. 

Hay dos formas de afrontar estos casos: La primera es la compra de zapatillas adaptadas o la segunda es la compra de plantillas ortopédicas, también adaptadas.

La salud de los pies de nuestros hijos es muy importante por lo que no nos olvidemos de que, también ellos deberían ir al podólogo infantil.