Los niños y las medicinas

Con niños en casa seguro que más de una vez os habéis enfrentado a la situación de tener que darles alguna medicina cuando se ponen enfermos, y no siempre es tarea fácil que se la tomen.

Ya sea porque simplemente rechazan cualquier tipo de medicinas o bien porque no les gusta su sabor, a veces se convierte en una misión imposible conseguir que se las tomen. Pero hay algunos trucos que pueden sernos de ayuda para lograrlo.

Por ejemplo, una opción y seguramente de las más conocidas es intentar camuflar el sabor de la medicina con otro alimento. Pero para ello habrá que asegurarse con el pediatra de que ese medicamento es apto para mezclar con leche u otro alimento. De este modo, podremos camuflar el sabor de la medicina mezclándolo con la leche, una papilla o un yogur por ejemplo.

Otra opción para reducir el "sufrimiento" del niño puede ser optar por un medicamento concentrado. Algunas medicinas se venden también en su versión concentrada, lo que permite que la dosis que hay que administrar al pequeño sea menor, algo que puede ayudar a que se lo tome.

También existen opciones más modernas como el chupete medicinal, que permite introducir en un compartimento anexo al chupete la medicina, para que pase poco a poco a la boca del niño. 

Otro artículo que nos puede ayudar es el biberón al que se le puede insertar una jeringuilla con la medicina para suministrarle la dosis al pequeño mientras se lo toma, adaptando la cantidad administrada según reaccione el niño a su sabor.

Esperamos que estos trucos os sirvan de ayuda, y ante todo si tenéis cualquier duda recordad que lo mejor es consultar al pediatra.